CIRUGÍA DE HERNIA: RÁPIDA
Y MÍNIMAMENTE INVASIVA
La cirugía de hernia es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes. Por lo general se realiza empleando la técnica convencional, abierta, sin embargo, existe la opción menos invasiva de adelantar este procedimiento a través de un laparoscopio, técnica que empleando tecnología de punta permite al médico hacer la operación desde adentro.

La reparación de la hernia por laparoscopia se realiza a través de tres pequeñas incisiones a la altura del ombligo. A través de uno de ellos se introduce una pequeña cámara conectada a un monitor; a través de los otros dos orificios el cirujano puede trabajar y reparar la hernia colocando una malla que se fija con clips absorbibles o adhesivo sellante. Normalmente esta operación se realiza con anestesia general y suele llevar alrededor de una hora.
Esta modalidad tiene varias ventajas comparativas frente al método tradicional. Las principales tienen que ver con el dolor postoperatorio y el tiempo de recuperación que se reducen considerablemente. En la mayor parte de los casos es posible la reincorporación laboral en menos de 72 horas y retornar a la actividad física habitual en dos semanas.
Por esto la cirugía laparoscópica se convierte en la mejor elección para enfrentar esta afección habitual en hombres y mujeres, que pueden ser congénitas o adquiridas y que se originan debido a un debilitamiento de la pared abdominal, causando malestar, dolor severo, náuseas, vómitos y otros problemas potencialmente graves que justifican esta operación.